El fraude con los cursos de formación de la Junta de Andalucía, del cual es políticamente responsable el PSOE, es cualitativamente igual de grave que el de Bárcenas o la Gürtel. Con un agravante para la izquierda: la red de corrupción se organizó en torno a derechos sociales conquistados por la clase obrera como son los cursos de formación. Unas herramientas que deberían servir para emancipar, utilizadas para saquear. Una vergüenza. Y necesitamos saber quiénes pusieron a los trabajadores a los pies de los caballos del PP.

Por eso estoy contento con la reciente decisión de IU-Andalucía de anunciar una comisión de investigación en el parlamento. Sólo espero que no ocurra como en la comisión sobre los ERE, otro caso idéntico, donde PP y PSOE pactaron echar por tierra la investigación votando en contra de las conclusiones.