Que el Gobierno y el PP hayan pedido la impugnación de todas las listas de Bildu me parece una barbaridad y un particular intento de golpe de estado. Creo que es tal la prepotencia que tienen PP y PSOE que ya se permiten hacer y deshacer a su antojo asuntos que son cruciales para la propia supervivencia del sistema político. ¿Cómo es posible que se permita la ilegalización de partidos por la mera sospecha de que son parte de un entorno que simpatizaría con una organización terrorista que está en tregua?

He estado siempre en contra de la llamada «Ley de Partidos», pero es que ahora esta vuelta de tuerca pone a sus creadores en evidencia. Es lógico: teóricamente fue promulgada para impedir que partidos que no condenaran a ETA pudieran presentarse a las elecciones, pero en realidad lo que se buscaba era ilegalizar unas determinadas ideas. Por supuesto, mientras hubiera partidos que no aceptaran la condena a ETA todo podía cuadrar. Pero ahora que hay partidos con unas ideas parecidas pero que sí condenan y rechazan a ETA la interpretación de la ley ha tenido que cambiar y flexibilizarse para conseguir su objetivo último. Y se ha flexibilizado tanto que incluso partidos como EA y Alternatiba (que van en la candidatura de Bildu) pueden ser ilegalizados en los próximos días. Algo totalmente inconcebible incluso para muchos de quienes apoyaron la ilegalización de Batasuna.

La mayoría de la población de fuera del País Vasco no se preocupa por estos temas, y la única información que suele recibir proviene de los grandes medios de masas que se encargan de manipular de una forma poco sutil. Ayer vi la portada del diario ABC y en ella se denominaba a Bildu como «marca proetarra». Así, sin más. Y sin pruebas. Y claro, al final pasa lo que pasa: que la gente empieza a identificar siglas y a pensar que está bien eso de ilegalizar a los que forman parte del entorno de una organización terrorista.

Pero es muy preocupante que esto pueda salir adelante, con o sin el apoyo de la población. Estamos hablando de una ilegalización cada vez más amplia de las ideas, y de una criminalización constante de personas que únicamente han cometido el delito de pensar diferente. Esto recuerda mucho al franquismo, por supuesto, pero también al ascenso del nazismo en Alemania. Hay que recordar que Hitler fue prohibiendo partidos bajo la acusación de terrorismo, siempre a partir de pruebas endebles y la mayoría de las veces falsas. Hasta que se quedó solo.

Por no hablar de la desagradable enseñanza que muchos estarán aprendiendo estos días: la violencia es la única salida frente a una puerta cerrada a las instituciones. No me cabe ninguna duda: el PP y el PSOE se están cargando este país tanto económica como políticamente. Y triste destino nos espera si no les paramos los pies.

PS: Una pregunta tonta. Yo participé en diciembre y en Bilbao en un acto de Alternatiba en favor de la nacionalización de las cajas de ahorros. Alternatiba es parte de Bildu, la organización que PP y PSOE quieren ilegalizar. ¿Soy entonces una persona «contaminada» (término que usan para definir al «entorno de ETA»)? Y en ese caso, ¿qué pasa con la candidatura de Izquierda Unida de Rincón de la Victoria en Málaga, en la que aparezco en novena posición? ¿Se debería ilegalizar también?