Nuestra economía está viviendo la resaca de la borrachera que supuso la burbuja inmobiliaria para el sistema financiero. Por esa razón todas las entidades -aunque en distinto grado- tienen un importante conjunto de los llamados activos tóxicos, es decir, activos (préstamos concedidos, viviendas, suelo, etc.) que no se pueden vender al precio en el que aparecen en los balances contables. Por lo tanto, los bancos tienen que asumir y tapar enormes pérdidas o declararse en quiebra. La quiebra supondría dejar de pagar las deudas a los acreedores, que en gran parte son bancos extranjeros (alemanes, franceses, estadounidenses e ingleses fundamentalmente). Por esa razón los acreedores presionan para que estas entidades no quiebren y sigan pagando. Así es como podemos explicar el rescate-memorándum anunciado por la troika (Fondo Monetario Internacional, Comisión Europea y Banco Central Europeo).

Este memorándum sólo busca, en definitiva, tapar agujeros financieros. No es un documento que trate de solucionar los problemas más acuciantes de la economía española -como es el paro. De hecho, y en la medida que el memorándum incluye el desembolso de ayuda pública -a través del FROB y de la propia inyección del rescate-, el gobierno asume importantes condiciones cuya materialización deteriorará la economía real y nos llevará a mayor crisis y regresión social. Seguimos calcando el camino de Grecia.

El memorándum incluye elementos terribles como es el banco malo, que estará financiado por el FROB y que tiene como objetivo la compra de los activos tóxicos del sistema financiero. Una vez el banco malo compre esos activos tóxicos, los intentará vender en el medio y largo plazo. Ello supondrá, como es obvio, una pérdida importantísima.

Además, se prevé fórmulas de rescate similares a la de Bankia. Es decir, el FROB financia a las entidades con problemas a través de un préstamo que computa como capital (los bonos convertibles) y de ahí se derivan dos posibilidades. Si la entidad obtiene beneficios -improbable-, podrá devolver el préstamo al FROB. Si por el contrario la entidad no es capaz de devolver el préstamo -lo más seguro, como le ocurrió a Bankia- entonces el préstamo se convierte en acciones y el Estado se hace propietario. Ahora bien, el memorándum no plantea banca pública ni mucho menos. De hecho recomienda liberar cuanto antes la intervención pública y desinvertir las participaciones actuales (por ejemplo, si Bankia tiene acciones de Iberia tiene que venderlas, lo que es técnicamente una privatización).

Por supuesto las medidas como la subida del IVA -impuesto altamente regresivo porque no discrimina entre rentas, motivo por el cual ha sido siempre el favorito de los gobiernos neoliberales del PSOE y PP-, y una más que probable disminución de las cotizaciones sociales -lo que afectará al futuro de las pensiones públicas, así que tendremos pronto encima de la mesa una nueva reforma-, son medidas que deteriorarán la capacidad adquisitiva de la población y la calidad de vida. Incrementarán una desigualdad ya extrema -y sólo disimulada por el efecto riqueza de la revalorización de las viviendas- y empeorarán la demanda agregada. En definitiva, el crecimiento económico y el empleo seguirán empeorando.

La fe de la troika y del gobierno está puesta en el improbable éxito de las reformas estructurales, es decir, de la reforma laboral. Su pensamiento neoclásico -de la teoría económica que justifica la política neoliberal- les hace pensar que rebajar los salarios acabará con la dualidad laboral, generará empleo y se ganará en competitividad. Por supuesto, la misma fe que se ha demostrado inútil en Grecia y Portugal.

Como la realidad es tozuda y repetiremos los «éxitos» de Grecia, podemos pensar que lo que están buscando es una reestructuración del capitalismo europeo y donde nuestro país estaría en una transición hacia el subdesarrollo. Si es así, nuestro gobierno está siendo un vasallo estupendo al legitimar las políticas que acabarán con nuestras condiciones de vida y de trabajo. Si por el contrario resulta que no tienen esa «maldad» sino que simplemente actúan movidos por la fe en sus ideas -fracasadas- y por una motivación cortoplacista -recuperar el dinero que les debe el sistema financiero-, entonces sencillamente en la troika son unos inútiles que van a ser responsables de los estallidos sociales que sin duda poblarán las calles de toda Europa del sur.