Queridas compañeras,

Estamos a unas horas de terminar el año 2017 y quisiera aprovechar la ocasión para desearos una feliz entrada de año. Como bien sabéis, somos una gran organización política que cuenta en toda España y en el extranjero con más de 60.000 personas afiliadas, entre militantes y simpatizantes. Cada una de estas personas tenemos nuestras propias vidas, y la inmensa mayoría incluso no nos conocemos personalmente. Pero tenemos algo en común que es lo que más nos fortalece: el compromiso social y político para transformar nuestra sociedad, para cambiar el mundo de base. Como coordinador general de esta gran comunidad no puedo sino daros las gracias de todo corazón por vuestro compromiso y vuestra lucha, así como desearos que el año que entra se os presente lleno de felicidad, fraternidad y esperanza.

Necesitamos esa felicidad, fraternidad y esperanza para afrontar los retos que tenemos por delante. Al fin y al cabo, este año 2017 se cierra con una realidad social y política que exige ser cambiada. Más de tres millones y medio de personas siguen sin encontrar un puesto de trabajo; más del noventa por ciento de los contratos firmados son de carácter temporal; más de un millón de hogares de la clase trabajadora viven sin ingresos de ningún tipo; la violencia machista ha matado este año a 56 mujeres y el patriarcado sigue manteniendo una estructura social de opresión contra la mujer; el cambio climático sigue su dramático curso y las sequías asolan nuestras tierras mientras la contaminación nos sigue matando poco a poco en las grandes ciudades; los refugiados siguen muriendo en nuestros mares, y muchos de los que llegan a nuestras costas sólo encuentran la incomprensión y el odio de nuestras instituciones como está sucediendo ahora mismo en la cárcel de Archidona (Málaga); en fin, una realidad que exige un cambio y un cambio que exige organización y movilización.

Afortunadamente, de eso sabemos mucho. Nuestra organización ha celebrado este año también su treinta y un aniversario. Son muchos años de compromiso por los que debemos sentir orgullo. Entre otras cosas, son el resultado de la lucha histórica por las libertades y la democracia por parte del movimiento obrero y los movimientos sociales en general. Y aun así, contemplando tan imponentes combates contra la reacción en sus diferentes formas, estoy convencido de que lo que viene en adelante y nuestro papel en ello será como mínimo igual de trascendente.

No lo ocultamos. Vienen años difíciles porque de nuevo soplan vientos reaccionarios en todo el mundo. El continente americano se están llenando de gobiernos de derechas que han logrado convencer a las clases trabajadoras de que sus políticas pro-capital les convienen. Y en Europa los partidos de extrema derecha siguen creciendo en casi todos los países, en algunos incluso gobiernan ya, mientras la Unión Europea sigue implosionando junto con sus valores fundacionales. De fondo a todo ello, una globalización neoliberal que está transformando las estructuras sociales y que dispara la desigualdad y los conflictos en todas partes del mundo. Por eso, desde la dignidad de quienes supimos ver venir estos fenómenos ya en los años ochenta, combatimos por una sociedad de justicia social con más ahínco que nunca. No nos rendimos, porque creemos que es posible un mundo distinto en el que, como dijo un sabio, logremos pasar del reino de la necesidad al reino de la libertad.

Por eso quiero aprovechar para hacer un llamamiento a la unidad. Esta organización está formada por personas que se consideran feministas, ecologistas, comunistas, socialistas, socialdemócratas, pacifistas y de muchas otras formas. No obstante, todo ello es una riqueza que debemos aprovechar para multiplicar fuerzas en todos los retos que tenemos por delante. La causa por la que luchamos, el motivo por el que nos afiliamos a IU, está muy por encima de las pequeñas discusiones que podamos tener en nuestras asambleas o territorios. Nos jugamos todo un orden social, la vida de las siguientes generaciones, la vida de nuestras familias. Y en esas luchas nos encontraremos seguro con otras organizaciones y personas aliadas, como siempre ha ocurrido, y con ellas trataremos de acumular fuerzas para lograr nuestros objetivos. En los últimos años hemos conseguido parar desahucios junto con muchas otras personas distintas a nosotras, y también hemos conseguido ganar algunos ayuntamientos de la misma forma, entre otras muchas victorias; pero nada de ello hubiera sido posible si nos hubiéramos rendido o si no hubiéramos dado batallas clave. No lo olvidemos: nuestras alianzas siempre se producen en torno a programas y principios. Como ya hemos dejado claro en tantas ocasiones: seremos tan flexibles en la táctica como inflexibles en los principios.

Con esta caja de herramientas, llena de historia, compromiso, lucha y futuro, queremos construir una España mejor. Una España de la que sentirnos aún más orgullosas. Una España que no sólo cumpla los derechos humanos sino que también los promueva en todas partes del mundo. Una España unida en la diversidad, federal y plurinacional y que entienda que lo que nos separa está en la cartera y no en el idioma. Renunciamos al nacionalismo y abrazamos una causa universal aún pendiente: la emancipación de las mujeres y hombres de nuestras situaciones de opresión y explotación a las que estamos sometidos diariamente. Esa causa no entiende de fronteras ni de odio entre pueblos. Esta causa es una causa republicana y socialista, y no la abandonaremos en ningún momento.

Gracias. Gracias de verdad por vuestro compromiso. Las tareas se presentan complejas, pero estoy convencido de que juntas seremos capaces de cumplirlas con éxito. Y quisiera terminar por donde empecé. Las personas queremos ser felices. Luchamos también para ser felices. Y ni la derecha ni este sistema económico criminal podrá arrebatarnos ese sueño que tenemos para nosotras y nuestras familias. Disfrutad de la entrada de año y disfrutad de cada instante. Por eso también decimos:

¡Salud y República!