3.000 personas haciendo cola en Málaga para recibir un menú solidario con el que responder al hambre. Fue en nochebuena, y es una realidad que se repite no ya cada año sino cada día. Es el espejo, la imagen al revés, del fin de crisis para las grandes empresas y fortunas. Es la verdad sobrevenida a las mentiras del Gobierno de Rajoy. Pero es, también y sobre todo, la demostración de la falta de libertad en España. Pues libertad no es sólo la ausencia de prohibiciones. Es, ante todo, la capacidad de cada persona para desarrollar su vida dignamente. Pasar del sobrevivir al vivir. No hay libertad en el reino de la necesidad: en la miseria, hambre, pobreza o desempleo. Emanciparse de ello requiere respuestas colectivas y audaces, pero sobre todo radicales. Que vayan a la raíz del problema. Y el problema se llama capitalismo.