Aylan era un niño sirio de tres años que viajaba con su familia huyendo de la guerra. Murió junto con su hermano, su madre y siete personas más intentando llegar a Grecia desde Turquía. La foto de su cadáver en la orilla del mar es sencillamente terrible, y una muestra más de las vergüenzas de esta Unión Europea y de sus dirigentes. La foto nos conmociona porque hace visible lo invisible. En julio de 2008 nueve bebés murieron ahogados cuando intentaban llegar a España en una patera huyendo de la pobreza. No había fotos. Como suceden las decenas de miles de muertes de personas que huyen de la sangre o la miseria y buscan alcanzar nuestras costas. Y recibidos como escoria. Nuestro pueblo también sufrió el exilio político y la emigración económica. A veces fuimos recibidos con honores y otras nos llevaron a campos de concentración. Deberíamos haber aprendido. Por eso me da vergüenza que uno de los países más insolidarios ahora sea precisamente España. No por mis conciudadanos, que son solidarios. Sino por nuestro Gobierno, que pasará a la historia de la vergüenza.