“Fracturas y crisis en Europa”, de F. Luengo, N. Álvarez y J. Uxó, es un libro esencial. Lo es para comprender las transformaciones recientes del capitalismo europeo y los orígenes de la crisis económica, así como para esbozar las alternativas a las políticas de austeridad recomendadas por la troika. Se trata de un título extensamente documentado y que necesita ser estudiado detenidamente por su profundidad analítica y su alcance político. No es una obra de divulgación, aunque es ciertamente accesible a todos los lectores con independencia de su formación académica, sino un relato muy hilado de los principales fenómenos que han tenido lugar en las economías europeas en las últimas décadas.

Su marco teórico es de inspiración kaleckiana[1], y no llega a ser neomarxista porque carece de una apuesta explícita para superar el sistema económico capitalista. El análisis pivota sobre el estudio de la distribución del ingreso a lo largo de las últimas décadas, y en él se revela la relación que existe entre la desigualdad creciente entre ingresos y beneficios empresariales y los desequilibrios macroeconómicos que han operado en el marco de la Unión Europea. En este sentido, conecta con la tradición clásica según la cual la lucha entre clases por el excedente económico condiciona la evolución del sistema económico.

La tesis fundamental del trabajo es compartida por muchos economistas críticos, a saber, que los efectos negativos sobre el crecimiento económico que tiene el incremento generalizado y global de la desigualdad en la distribución del ingreso han sido compensado por diferentes mecanismos, distintos en función de la estructura económica y de otros elementos institucionales propios de cada país. Así, en Alemania habrían sido compensados con el recurso a la configuración de un modelo de crecimiento económico dirigido por las exportaciones (export-led), mientras que en España y otros países de la periferia europea habrían sido compensados por el recurso al crédito (debt-led). En realidad ambos modelos operarían de forma simbiótica, de tal forma que no existirían por separado un modelo exitoso y un modelo fracasado. En definitiva, ambos modelos habrían permitido mantener el crecimiento económico, aunque de forma frágil e inestable en el tiempo.

En el estudio de la Unión Europea, los autores analizan con mucho detalle el papel en la distribución internacional del trabajo que corresponde a cada estructura económica. Se llega a la conclusión de que existen dos polos extremos en el propio marco europeo, a saber, un centro, cuya economía más destacada es Alemania, y una periferia, en la que entrarían España, Grecia y Portugal. El papel que corresponde a cada economía ha dependido de factores tales como el desarrollo económico, la especialización productiva y variables institucionales (como las políticas promovidas por los Gobiernos).

El estudio de la zona euro es aún más interesante, en la medida que reconoce el papel de la moneda única en la agudización de las tendencias económicas previas. Se realiza una crítica muy sólida a las instituciones europeas y los diferentes acuerdos europeos tales como el Tratado de Maastricht y el Pacto de Estabilidad y Crecimiento. Además, se tiene en cuenta el fenómeno de la financiarización, esto es, el predominio creciente de la esfera financiera sobre la esfera productiva, y los efectos que de ello se ha derivado.

No obstante, los autores no consideran que en el plano de las alternativas tenga que ocupar un papel fundamental el aspecto monetario (el famoso debate sobre el euro) sino que más bien hablan de la necesidad de poner en marcha un proceso de crecimiento dirigido por los salarios a nivel europeo. La apuesta es, entonces, refundar el proyecto europeo sobre bases más firmes y económicamente sensatas, a la vista de que las políticas de empobrecimiento del vecino promovidas por la troika no son sino vías muertas para los trabajadores europeos y, muy especialmente, para los de la periferia europea.

Así pues, el plano analítico de la obra es brillante y apto para todos los públicos, lo que debería convertir a este título en una obra de cabecera para las organizaciones transformadoras que quieran comprender la situación económica y social actual desde el prisma de la Economía Política. Ahora bien, el plano de las alternativas cojea en la medida que si bien se desarrollan trazos ideales, al menos sobre el papel, no parece una hoja de ruta políticamente plausible en el escenario político actual. En todo caso, esta apreciación no resta en absoluto el enorme mérito que tiene poner a disposición de todo el mundo estas herramientas tan necesarias, que además permiten abrir debates muy estimulantes e imprescindibles. En definitiva, hasta el momento es el trabajo en castellano sobre la crisis europea más completo y sintetizado que he tenido entre las manos.


[1] Basado en los estudios de Michal Kalecki y de sus seguidores. Habitualmente encuadrado en la tradición post-keynesiana, que busca recuperar la radicalidad de Keynes y renunciar a la interpretación “bastarda”, en palabras de Joan Robinson, que posteriormente se hizo de sus trabajos. Pero en realidad Kalecki también abre la puerta a la escuela neomarxista a partir de sus análisis sobre la distribución de la renta y del oligopolio y el proceso de conformación de precios. Esta segunda línea, anticapitalista, tiene entre sus principales exponentes a P. Baran, P. Sweezy y los trabajos de la Monthly Review.