El otro día ofrecí mi opinión sobre el futuro político de la izquierda en Andalucía y en España, aprovechando el hecho concreto de que IU tiene que tomar una decisión concreta sobre el gobierno en la Comunidad Autónoma de Andalucía. Como sabéis, mi intención fundamental era inscribir esa decisión concreta en un marco de lucha social que va más allá de las instituciones -y que se sirve de ellas.

Dado que la decisión final la tomará de forma democrática la militancia de IU-Andalucía, creo que es interesante seguir aportando elementos de reflexión. Por ello recomiendo leer un muy trabajado documento de Salvador López Arnal, Manuel Monereo, Pedro Montes, María Dolores Nieto y Diosdado Toledano titulado «Después de las elecciones andaluzas: una oportunidad para construir una izquierda para la alternativa«, publicado en Crónica Popular. En esencia plantea lo mismo de lo que hablábamos aquí el otro día, si bien no estoy de acuerdo con algún que otro punto. Por ejemplo con el de la necesidad de crear una nueva formación política, algo que se plantea al final. En todo caso se trata de un largo documento útil para un necesario y sosegado debate, y del que me gustaría extraer algunos párrafos.

«Sin una politización de la ciudadanía, sin una “democratización de la democracia”, sin una ciudadanía activa y crítica, IU no tendría sentido porque no seria posible la transformación social, seria percibida como una fuerza como las demás. No se puede hacer una campaña denunciando (con razón) que el PSOE ha hecho políticas de derechas y que tiene un grave problema de corrupción y disponerse a gobernar con él en nombre del realismo.» […]

«Nuestra tradición política enseña que la unidad no es solo cosa de programa sino de fuerza organizada, de cohesión programática y de capacidad de dirección. Esto hay que tenerlo en cuenta cuando se habla con una fuerza grande, social liberal, ligada estructuralmente a los poderes facticos y atenta siempre a evitar el surgimiento (ley electoral mediante) de una organización política a su izquierda. En esto no está solo: el bipartidismo ha sido siempre un modo de organizar la política para que los que no se presentan a las elecciones(los grupos de poder económico) ganen siempre. En este objetivo, el PSOE tendrá todo el apoyo del establecimiento, incluido el PP.» […]

«En momentos donde la democracia y sus instituciones pierden poder, intervenidos prácticamente desde Bruselas y desde el gobierno de Angela Merkel, centrar la actividad de IU en el parlamento no parece muy realista.» […]

«La primera cuestión a resolver es la del gobierno andaluz. No parece que existan condiciones objetivas y subjetivas para un acuerdo PSOE-IUCA de ese nivel. Lo más prudente sería votar la investidura de Griñan desde una cuerdo político explicita en torno a 7 u 8 demandas básicas de la ciudadanía y pasar a la oposición. En la dinámica parlamentaria se puede y se debe llegar a acuerdos, establecer agendas y, lo fundamental, propiciar políticas que identifique los cambios con la presencia de IUCA. Hacer política transformadora y saberla comunicar.» […]

«Nunca se ha tratado de subestimar al Parlamento y el trabajo de los cargos públicos, más bien al contrario. En las nuevas condiciones, lo central de nuestro trabajo consistiría en, usando a fondo el grupo parlamentario, convertir la agenda de la sociedad en agenda política.» […]

«Desde una estrategia de poderes sociales y ciudadanos, las relaciones con los movimientos y con las organizaciones sociales son fundamentales. Si algo se pone de manifiesto en la reciente huelga general es que la pérdida de peso de los sindicatos en la fábrica o en las empresas puede ser compensado por su capacidad para hacer converger a múltiples actores sociales en la lucha por los derechos fundamentales y la constitución del trabajo. IU debería propiciar, en las nuevas condiciones, una plataforma político-programática común con estos movimientos para crear un referente unitario alternativo que actúe en la sociedad, busque alianzas con los intelectuales críticos y encuentre vías de relación con Universidades, alumnos y, en general, con sectores medios, viejos y nuevos. Lo que se estaría organizando es un (contra) poder social, base y fundamento de una alternativa política.» […]